Alguien me dice que mi amigo “Demetrio” ha muerto y que en la tarde traerán su cuerpo para velarlo. En la tarde, efectivamente, llega una ambulancia y el conductor me pide que lo ayudemos a bajar el ataúd.
Llamo a algunas personas que se encuentran también esperando
para que entre todos bajemos el féretro del vehículo. Entre cuatro o cinco
personas lo hacemos.
Después me doy cuenta que una de las personas que me
ayudó a bajar el cuerpo de Demetrio era ¡Demetrio mismo!
Luego despierto.