Recuerdo el olor de la tierra mojada en la primera lluvia. Es algo que aquí no he vuelto a experimentar. Es parte de la mágia de México. Es señal de que empieza el ciclo agrícola, plantas, flores, frutos...
Andaba mojado bajo la lluvia, pero no me quejo. Estoy muy contento de ver las reservas naturales de agua casi llenas.
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