sábado, 6 de julio de 2013

Los taxistas del DF



Yo creo que Ecuador le debe otorgar asilo, le contesté a medias al taxista que me llevaba a mi destino. La conversación giraba en torno a  Edward Snowden quien filtró datos a la prensa del espionaje gringo. ¿Usted qué opina? Le reviré. Yo creo que dio a conocer algo obvio, me dijo. Todo mundo sabe que los gobiernos espían a sus ciudadanos.

Quienes visitamos una ciudad, sabemos que una forma de medir su pulso social/político es hablando con sus taxistas. La Ciudad de México no es la excepción.


Tuve que viajar en tres taxis el día que jugaban España e Italia para definir un finalista de la Copa Confederaciones. Escuchaban el juego por la radio. ¿Cuál es su favorito? Les pregunté. “España” contestaron. Los tres coincidieron que quienes protestan en Brasil tienen razón. Hay prioridades, me dijo uno. “O das de comer a tus hijos o les compras zapatos bonitos”.

Don Eustaquio me llevó a mi cita para renovar pasaporte. ¿Le gusta a usted el pulque? Me preguntó. Le dije que sí. “¿El de ajo o el curado?” Ambos, le contesté. Me dijo que en los años recientes ha habido un resurgimiento de las pulquerías en la ciudad de México. “Pero no con el apoyo del gobierno”.

Es bueno tener pulquerías en la ciudad de México, me dijo “pero el mejor pulque que he probado lo hacen en mi pueblo”. Don Eustaquio me dijo que  es originario de El Oro, Estado de México.  “Por eso los domingos no trabajo, me voy a mi pueblo...a echarme unos pulques”.


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